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DOMESTICANDO EL RIO GENIL. EL MURO DEL APARCAMIENTO DEL VIOLÓN.

Ángel Rodríguez Aguilera

Para muchos decir arqueología en Granada es sinónimo de obra parada, meses de incertidumbre, caos y conflicto entre políticos. En gran medida se lo debemos a dos grandes intervenciones que tuvieron lugar a mediados de la década del 2000: la ampliación del aparcamiento de la Avenida de la Constitución, en el Triunfo, y la construcción de otro en el Paseo del Violón. Vamos a conocer qué sucedió en aquella segunda obra y qué significan los restos arqueológicos que hay en su interior, ignorados o desconocidos para la mayor parte de los granadinos.
Muchos cuando caminan por el Paseo del Violón y se asoman a la pérgola central que hay en el primer tramo se sorprenden al ver que debajo de sus pies, a una profundidad de unos 3 metros desde el paseo, se ve un largo muro, que parece una muralla, justo en medio del aparcamiento. Una vez en su interior se convierte en una gran estructura lineal de la que sobresalen tres apéndices de planta triangular. Su fábrica y su antigüedad nos previenen de que, efectivamente, estamos delante de unos restos arqueológicos de los que lamentablemente el espectador poco sabe. 
Lo que se conserva en el interior de este aparcamiento - que lo hace sin duda alguna tan singular - son los restos de las primeras grandes obras de ingeniería civil que se hicieron en la Granada medieval para domesticar el cauce del río Genil. Son los muros de contención levantados por los reyes ziríes y los almohades entre el siglo XI y principios del XIII.

Historia del descubrimiento:
En octubre del año 2005 comenzaron las obras para la construcción de un aparcamiento subterráneo en el paseo del Violón, que se entendía entonces -y ahora- como una infraestructura necesaria para poder descongestionar el tráfico por el centro. Dado que el lugar elegido se encontraba fuera del ámbito de protección arqueológica del casco histórico, las excavaciones comenzaron sin un estudio arqueológico previo. Pero a los pocos días de que las máquinas iniciaran el destierre, en la zona central del paseo apareció un largo y potente muro que parecía mucho más antiguo. Rápidamente se paralizaron las obras y se dio paso a una excavación arqueológica que se prolongó durante unos meses, compaginándose con la continuación de parte de aparcamiento. Tras los primeros trabajos los arqueólogos comprobaron que se trataba de un muro de contención de la margen izquierda del rio Genil con más de 50 m de longitud en pie  y otros tantos derrumbados sobre el antiguo cauce, en la que se podían observar que existían al menos tres fases constructivas diferenciadas en el tiempo, jalonado por tres tajamares. 
Conservaba un alzado de casi 3 m de altura y una anchura de 1,20 m. Era por tanto una construcción muy similar a las murallas urbanas, pero en este caso adaptada a la función de consolidación de la margen del rio en la zona más inestable y peligrosa, que era el punto de confluencia del Darro con el Genil, aguas  abajo del puente.
Al constatar la importancia del hallazgo, primero por ser inédito y segundo por la magnitud de la construcción, la Consejería de Cultura en 2007 lo declaró Bien de Interés Cultural, quedando integrado la mayor parte dentro del aparcamiento, tal como  lo vemos hoy.

El reto de consolidar la ribera del Genil. Las primeras obras de ingeniería de la Granada islámica.
Si entramos en el aparcamiento podemos ver de cerca este monumento, observando a simple vista varias cosas: su cara exterior, es decir la que se encontraba en contacto con el cauce del rio es la referencia histórica de hasta donde alcanzaba el Genil en el siglo XI; está muy erosionada y se puede comprobar que se trata de una construcción hecha de tapial. Sin embargo, por el interior, al no haber estado sometido a la erosión histórica del paso de agua se aprecia con total claridad las huellas del sistema constructivo, de los tableros, clavos, cuerdas etc… y la cimentación que se excavó en el mismo lecho del rio. Esta gran obra de ingeniería se prolonga aguas abajo hasta la ermita de San Sebastián y aguas arriba hasta el puente - mal llamado - romano.
Pero también se pude ver que no se trata de un muro homogéneo: existe una parte más antigua que se fechó en el siglo XI y después una gran reconstrucción que llevaron a cabo los almohades a principio del siglo XIII cuando ampliaron y reformaron el antiguo puente del Genil y aseguraron la margen izquierda del rio para poder fundar una almunia real, el Alcázar Genil, estabilizando la ribera y creando un paseo de acceso del que es heredero el actual del Violón en un espacio que gozaba ya de gran prestigio en la Granada islámica.

Cuando los ziríes decidieron trasladar la capitalidad desde Medina Elvira a Granada a principios del siglo XI se produjo en muy poco tiempo una gran expansión urbana, ocupando rápidamente la colina del Albaicín y la parte llana más próxima, donde se construyó la Mezquita Mayor y se levantaron sólidas murallas. Fuera, hasta el cauce del rio, todo estaba ocupado por huertas. En este espacio extramuros se hizo necesario estabilizar las orillas del rio, en un lado con la plantación de la alameda conocida como de Muammal, liberto del rey Badis a quien se atribuye su fundación, hoy jardines del Salón. Pronto se convirtió en uno de los lugares de recreo preferido de los granadinos, fuera de la medina, lejos de las miradas indiscretas pero cerca de sus puertas. En las zonas más inseguras hubo de recurrir a estas primeras grandes obras de ingeniería que resistieron eficazmente el paso del tiempo.

En 1886, a causa de unas fuertes lluvias, se arruinó parte del muro y el ayuntamiento de Granada procedió a su reconstrucción, utilizando los restos del antiguo muro árabe, añadiendo tres tajamares. Son los tres apéndices triangulares que sobresalen, cuya función era la de romper la virulencia del agua en la zona de contacto de los dos ríos, minimizando el impacto y la erosión. En la obra se emplearon cincuenta trabajadores durante un periodo de tres meses, paliando en cierta medida la asfixiante crisis económica que se cernía sobre las clases trabajadoras. Como vemos, el fomento de obra de carácter público siempre ha sido un buen recurso para emplear masivamente mano de obra en momentos difíciles.
Las obras de reforma del cauce del Genil de los años 90 del siglo XX terminaron por ocultar el antiguo muro de contención construido hace ochocientos años, reduciendo definitivamente el cauce del rio a su estado actual. Hasta que no fue re-descubierto en 2005 solo nos quedaba el recuerdo en numerosas fotografías históricas pero hoy es uno de los elementos arqueológicos de mayor entidad que se han recuperado para la ciudad.

FICHA TÉCNICA
LOCALIZACIÓN: PASEO DEL VIOLÓN S/N
DESCRIPCIÓN: Arquitectura civil. Ingeniería hidráulica.
CRONOLOGÍA: siglo XI y siglo XIII. Finales del siglo XIX.
TIPO DE PROTECCIÓN: Declarado BIC
ACCESO: El acceso es libre y se puede ver en coronación desde el propio paseo del Violón o en el interior accediendo al parking público

No existe ningún tipo de información adicional en el monumento

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